SOBRE COMENTARIOS.

En este blog,los comentarios están sujetos a moderación,para evitar el spam y los clásicos trolls. Sus comentarios,si están hechos con educación,serán publicados y contestados en el caso de que sean preguntas lo más rápido posible.Gracias.

Colaboración con Unidad E.I.P.U.S.

Me es grato informar de la colaboración conjunta con un gran grupo de investigadores de fenómenos paranormales como es la unidad eipus,de la cual me siento orgullosa de ser amiga y de los cuales se podrán ver vídeos de su canal aquí en mi blog,de los cuales estoy suscrita a través de su canal de youtube y del que recomiendo que vean :
https://www.youtube.com/channel/UCagFN_XbuDKORF4chsGUzrw
Creo que les va a gustar esta colaboración,ya que de esta forma será un medio escrito-audiovisual.

viernes, 27 de noviembre de 2009

LEYENDAS SOBRE EL REY DON PEDRO

CABEZA DEL REY DON PEDRO.

En la calle Candilejo,en la esquina más ancha de esta calle,a la altura de los balcones del primer piso, se puede apreciar la estatua de medio cuerpo de un caballero medieval,coronado y con manto real sobre sus hombros. Lleva el pelo corto alrededor del cuello y cercenado en la frente, como debía ser la costumbre en esa época. Con su diestra empuña el cetro, que apoya en el hombro, y descansa la otra mano sobre su espada al cinto. Se trata de la figura del rey don Pedro I de Castilla que,aunque nacido en Burgos,amaba Sevilla muchísimo.

Esta historia, mitad leyenda mitad realidad, ocurrió en Sevilla y tuvo al rey como protagonista.
Algunos historiadores mantienen que fué por un lío de faldas por lo que Pedro I salió una noche a recorrer las calles de Sevilla. Otros defienden que fue a consecuencia de una conversación con Domingo Cerón, el alcalde del rey, que afirmó que en la ciudad no se cometía un delito sin tener su castigo, y el rey quiso comprobarlo por sí mismo. Lo cierto es que iba solo y embozado en su capa cuando se topó con uno de los Guzmanes,el hijo del conde de Niebla, que apoyaba las aspiraciones al trono del hermano bastardo del rey.

La ira se desató y las espadas chocaron en el silencio de la noche.El ruido despertó a una anciana
vecina (que resultó ser su vieja aya....)que, movida por la curiosidad, se asomó a la ventana alumbrándose con su candil a tiempo de ver cómo uno de los contendientes,cuyo aspecto recordaba al mismo rey, atravesaba el pecho a su oponente.La anciana, alarmada,volvió a cerrar la ventana pero, con tan mala fortuna, que se le cayó el candil a la calle.
Apoyada sobre la ventana, intentando imaginar lo que pasaría cuando encontrasen su candil junto al cadáver, pudo oír claramente un crujido, como de nueces al chocar, alejándose del lugar (este ruido,provenía de las canillas del rey,las cuales le sonaban bastante...).A la mañana siguiente, en la Sala de Justicia, los Guzmanes se presentaron para exigir que se buscase al culpable de la muerte de uno de los suyos. El rey prometió hacer lo posible por encontrarlo y concluyó: "Cuando se halle al culpable, haré poner su cabeza en el lugar de la muerte.". Al cabo de unos días, se trajo a juicio a una anciana que había sido testigo del duelo. La anciana, a pesar de admitir que había visto lo sucedido,se negaba a contar lo que sabía. Ni las preguntas inquisitivas de Domingo Cerón, ni las amenazas de los alguaciles, le hacían decir palabra alguna. El rey, finalmente, se dirigió a ella: "Dinos a quién vistes en el duelo y no te ocurrirá nada ".La anciana, cogió un espejo y colocándolo frente al monarca,exclamó : " Aquí tenéis la cabeza del asesino ".

El rey, cumplió su promesa ordenando llevar oculta en una caja de madera la cabeza del culpable que fué colocada tras una reja en la hornacina . Tras su muerte la caja se abrió y para sorpresa de todos apareció el busto del pendenciero monarca en el lugar del suceso, donde hoy día aún se puede contemplar. Ese no es el original busto,ya que el original era sólo una cabeza y está en el Palacio de Medinaceli,vulgo Casa de Pilatos

LA LEYENDA DE DOÑA MARÍA CORONEL.( MARÍA CORONEL, «LA DAMA DEL TIZÓN»Y PEDRO EL CRUEL).

Historia y leyenda se confunden alrededor de la enigmática figura de María Coronel, tan discutida. Se dice que era una mujer noble, inteligente, bondadosa, de una gran moral y de ilustre familia sevillana.
Hasta primeros de 1352 las relaciones entre ambas familias, es decir, entre Pedro I el Cruel, el Justiciero, el Pero Gyl y Fernández Coronel eran muy cordiales. ¿Por qué estos tres apodos o motes a Pedro 1? Los motes no le fueron dados sin razón: Juan II de Castilla ordenó fuese apodado «El Justiciero», entendió, con razón o sin ella, que cuanto hizo era con justicia; la muerte de muchos nobles adversarios, a manos del propio rey los prueba sobradamente lo de «Cruel»; el más curioso se lo puso su hermanastro Enrique II de Trastámara que al apodarlo «Pero Gil» era porque no era hijo de Alfonso X sino de una judía que así se apellidaba.

La muerte por Enrique II, pone fin a un colofón trágico de una vida, en la que no faltaron amores, entre ellas su amor imposible de María Coronel la «dama del tizón». Se cuenta en leyendas de aquella época, «era de familia muy rica, de fermosura extraordinaria».
Había leído mucho sobre la «dama del tizón» y en una de mis excursiones a Sevilla visité el convento de Santa Inés (día 2 de diciembre) para ver el cuerpo incorrupto de María Coronel.
Impresionado, extasiado quedé. Metafísicamente hablando, la momia expedía un don sobrenatural, indefinido era su rostro en donde se apreciaban las huellas del «aceite hirviendo», mereció la pena observarla.
Hoy, mucho tiempo después, tranquilo en casa, como un homenaje a esta inquilina aguilarense del siglo XIV, busco hilvanar retazos de historia que siempre eran un pálido
recuerdo o reflejo de lo que vamos a relatar de esta honrada dama. DOÑA MARÍA CORONEL

María tuvo una desgraciada vida por el acoso sexual del rey que enloquecía por llevársela a la Torre del Oro y establecer, como lo hizo con muchas favoritas, relaciones deshonestas.
María Coronel nace el año 1334 el mis­mo año que Pedro I de Castilla. La casaron a los 15 años de edad sin haber sido ella la que eligiese marido; era una época en que la mujer no se casaba, la casaban sus padres que eran los que le elegían el futuro esposo, o los reyes si era de noble linaje.
En esta boda intervino directamente el rey Alfonso XI cuando estaba en el cerco de Algeciras junto al padre de María. Lo dice María Coronel en una larga carta de donación de bienes para la construcción del convento de Santa Inés.


Contrajo matrimonio con don Juan de la Cerda, primo segundo suyo. Al no estar legitimado el matrimonio por el papa de turno, era de nulo derecho por parentesco de sangre. Poco tiempo después D. Juan de la Cerda y María Coronel reciben la dispensa matrimonial y hay una nueva boda el día 13 de septiembre de 1350. El casamiento se celebra en una casona de Alfonso Fernández Coronel, un viejo palacete moro que estaba junto a la Iglesia de San Pedro.
En esta boda conoció el rey Pedro I a María Coronel, desde ese día la deseó ciegamente, era un deseo desordenado que junto con la enfermedad que había padecido el rey estuvo tocado toda su vida. El destino la enfrentó con un Pedro I de Castilla depravado y un desequilibrado don Juan.


El rey, fascinado, desde el mismo día que la conoció, por su belleza, empezó a cortejarla desairadamente, a pesar de haber sido él quien había ordenado que cortaran la cabeza primeramente a su padre, más tarde a su marido, por haberse revelado en su contra para apoyar a su hermanastro Enrique II. No tiene bastante con cuanto había herido a María Coronel que todas las posesiones del padre, hermano, marido, etc., habían sido confiscadas, sus casas y fincas derribadas y sus solares cubiertos con sal gorda para que no creciese ni la hierba.
Por las múltiples agresiones vernales de este don Juan, doña María Coronel y su hermana Aldonza tuvieron que refugiarse, para guardar su viudez, tras los muros y rejas del convento de las franciscanas y llorar su soledad y poder huir del acoso al que estaba sometida por Pedro I el Justiciero. La pobre María, ya viuda, no sabía entonces que ni rejas, ni muro, ni convento de clausura sería obstáculo para el empecinado rey.

El poderío, el orgullo y el honor del todopoderoso Pedro I el Cruel fue destrozado, pisoteado y demolido por la fortaleza, el heroísmo y el sublime honor de la dama del «aceite hirviendo» o de la «dama del tizón», o mejor, por la «dama de hierro» sevillana - aguilarense.
María Coronel, según cuenta la leyenda, solamente se entregó a los amores de su esposo y después en su viudez, a los del Todopoderoso. ¿Por qué es conocida como la «dama del tizón»?
María Coronel llevaba en su sangre el heroísmo y honradez de la mujer aguilarense. En la historia de Aguilar, la remota Ipagro y posterior Buley, hallamos un sinfín de historias y leyendas de mujeres ilustres, heroicas, etc., que por sus hechos son conocidas, será bien hacer reseñas de estas mujeres aguilarenses, muchas permanecen en el anonimato todavía. Aguilar puede ufanarse de haber sido residencia de María Coronel.



En el año 1350 llega a nuestro pueblo el linaje de los Coronel al tomar posesión de la Villa Fernández Coronel, padre de María. Por su genealogía se sabe que los Coronel pertenecían a un ilustre linaje de Castilla, descendientes de los emperadores romanos (García Caraffa, Enciclopedia heráldica y genealógica, Madrid, 1819). El padre de María Coronel desciende del linaje de Gonzalo Ibáñez Dovina, primer señor de Aguilar, noble portugués que ayudó a Alfonso X el Sabio.
La familia Coronel temiéndole a Pedro I de Castilla se fortifica en Aguilar. Envidias, odios y ambiciones personales de la nobleza se unen a las lujurias de Pedro I, deseoso de poseer los favores de las dos hermanas Coronel: Aldonza y María. A Aldonza la hace suya con mucha facilidad que tuvieron un triste y fugaz romance; a María, jamás la pudo poseer.


Pedro I instigado por Alburquerque o deseoso de ver a María viene a Aguilar en 1352 y solicita permiso para pernoctar en el castillo. Fernández Coronel no se fía de las intenciones del rey y no le autoriza entran Cabreado el rey pone cerco al castillo y el día 2 de febrero de 1353 conquista la fortaleza y Fernández Coronel es apresado y decapitado en las mismas puertas. La ejecución es presenciada por sus cuatro hijos. Terminada la ejecución es recogido el cuerpo, velado por sus hijos y preparado un cortejo fúnebre para llevarlo a Guadalajara y ser sepultado en el panteón familiar junto a los restos de su mujer. Espías del rey estaban atentos a cuanto ocurría respecto a los familiares. Hasta en esos días tristes, cuenta la leyenda, el rey tuvo la osadía de cortejar a la afligida María.


Sepultado Coronel en Guadalajara, los cuatro hermanos huérfanos regresan a Aguilar. Una leyenda que hace referencia al «tizonazo» de María, la cuenta Franco y Arezo (Museo Genealógico-Memorias de Aguilar, 1849) dice que... durante esta segunda estancia en el castillo, María Coronel temiéndose lo peor, o el regreso del rey (estaba en Córdoba) encendió una fogata e hizo uso del «tizón».
Pero la leyenda, ya María estaba en Sevilla, cuenta que no encontrando manera de huir de los requerimien­tos y amenazas del rey, María resolvió a la desesperanza, más deseando perder la vida por las posibles infecciones que dejarse vencer por deshonestos deseos ajenos a ella, María muy fatigada por su lucha interior... la apagó con un palo incandescente que ella misma se introdujo con enojo por donde podía ser molestada por el rey (Juan de Mariana, Historia General de España, m845). Por la leyenda del «tizonazo» en Aguilar o Sevilla, la historia conoce a María Coronel como la «dama del tizón».
CONVENTO DE SANTA INÉS El vía crucis de la «dama del tizón».
(Detalle del órgano de Sta Inés,inmortalizado por Bécquer en "Maese Pérez el organista")
El rey bajo severas amenazas, pide a María le en­tregue su más preciado órgano para su deleite sexual. Asustada se refugia en casa de su padre. Espías del rey se lo dicen y éste ávido de perversos deseos decide asaltar la casa y secuestrarla; ella, siempre de centinela ve la llegada del rey y huye disfrazada al más próximo con­vento, era el de Santa Clara, pidiendo amparo, protec­ción y refugio. Las monjas que intuían que muy pronto llegaría el loco, el depravado rey. María Coronel tuvo que refugiarse tras las rejas para librarse de Pedro I y llorar su soledad. Jamás pudo pensar que ni los muros del convento serían respetados por el rey. Rápidamente las monjas la conducen al jardín, la ocultan en una zanja, la cubren con ma­deras y encima tierra; era muy de noche cuando llega el rey con sus alguaciles. Registra todo el edificio y al no encontrarla se marcha.

Al día siguiente vuelve y repite lo mismo pero con serias amenazas a las monjas y enojado se va. Toda Sevilla contaba las odiseas del rey.
Un buen día, comido de rabia, invadido por el deseo carnal y cargado de ira, Pedro I se presentó inesperadamente atropellando a cuantas monjas encontraba, antes de que María tuviese tiempo de esconderse, asustada y con temor es perseguida por los pasillos hasta llegar a la cocina, se para y le hace frente y le explica cuanto había hecho con su órgano femenino. Pedro I es estado burriel no la cree e intenta apresarla, un impulso hacia atrás y María cogiendo una sartén con aceite hirviendo se la arrojó sobre su rostro. Sacrificio que no resultó en vano, asustado y preocupado el rey comprendió lo mal que se había portado y con lágrimas en sus ojos se marchó para no volver a molestarla jamás.


Enterada la reina del heroísmo de María Coronel y asombrada por ese gesto de santidad, la mandó llamar. Cuando entró María, la reina visiblemente afectada se puso de pie, se quitó la corona de su cabeza y la colocó en la cabeza de María y le dijo: «Vos María merecéis corona y debéis llamaros coronada». Un abrazo entre ambas selló una eterna amistad.
Se cuenta que arrepentido el rey, ordenó le devolviesen la casa que había sido de su marido para que María Coronel en ese solar fundase el convento que le puso de Santa Inés. Se encerró, trabajó, murió y dentro fue sepultada. Después de más de 600 años al efectuar obras de reparación se encontró el ataúd y dentro el cuerpo incorrupto de María Coronel. Había muerto el día 2 de diciembre de 1411, con 77 de edad.

CUERPO INCORRUPTO DE DOÑA MARÍA CORONEL EN EL CONVENTO DE SANTA INÉS No había podido elegir otro título más excelso para el convento que el de Santa Inés. Y ¡No pudo la «dama del tizón» o del «aceite hirviendo» llevar mejor modelo de santidad, ni mejor patrona para su convento!. Santa Inés patrona de las jóvenes doncellas y de los jardineros. Lo mismo acertó en su modo de santidad.
Su momia se venera cada día 2 de diciembre, en el mismo convento, con gran fervor popular. La dama del «tizón" murió, el reloj de su amarga historia se detuvo a los 77 años. En ese momento comenzó el tic-tac sin ruido, sin carreras, sin sobresaltos... Aquí terminó un drama humano que comenzó en el castillo de Aguilar en 1353. Cuenta la leyenda que las dos hermanas fueron tildadas de «flores". Aldonza, «flor de la tierra»; María, «flor del cielo». Por lo que Aldonza está más cerca de nosotros; María, más cerca de Dios.
Bibliografía consultada.

LA DAMA FANTASMA DE ALMODÓVAR DEL RÍO.

Fantasmas del Castillo de Almodóvar del Río, provincia de Córdoba.

Apariciones misteriosas de una mujer vestida de blanco, voces, murmullos y supuestas psicofonías son algunos de los fenómenos que –según numerosos testigos– se han registrado en el interior del castillo de Almodóvar del Río (Córdoba). Estas manifestaciones llevan atemorizando a los visitantes de la fortaleza desde 1907. ¿Qué ocurre en este singular edificio? MÁS ALLÁ ha hablando con los protagonistas.


Era la primera vez que Natalia visitaba aquel vetusto castillo. Quería conocer por sí misma las maravillas arquitectónicas de las que le habían hablado. No en vano, la fortaleza de Almodóvar del Río (Córdoba) es una de las más impresionantes y mejor conservadas de la geografía española. La visita terminaba en el lugar más macabro: las mazmorras, donde antiguamente eran encarcelados los reos. Allí pasaban hambre, frío y miedo. La visita a las celdas recrea una escena con figuras de presos a escala real.

( Entrada a las mazmorras )

Natalia penetró por el estrecho conducto de escaleras que conducen a la oscura estancia y de pronto se tropezó con algo que logró sorprenderla. De la penumbra surgió una débil luz blanquecina y una figura
femenina vestida con una túnica blanca. Era morena y tenía el cabello largo. Le pareció una mujer bastante atractiva, tenía un rostro muy bello. Pero lo que más le llamó la atención fue su llanto desconsolado. La mujer recorría la sala desesperada. En lugar de asustarse,


( Foto no real,es sólo recreación de la dama blanca )

Natalia alabó la puesta en escena, digna de una obra teatral. Comenzó a bajar los escalones, activando, ahora sí, la luz y el megáfono que ofrece información sobre el tétrico recinto. Sin embargo, cuando encendió los focos descubrió con asombro que la señora de blanco había desaparecido y que en su lugar sólo había unos maniquíes disfrazados de presos. Tras deambular por la sala, la abandonó satisfecha con el resultado de su visita.


Antes de dejar el castillo se acercó a la oficina de turismo. Allí se encontraba María Teresa Moreno, la encargada del departamento.

– Me ha encantado la proyección de la mazmorra. ¡Enhorabuena! –comentó Natalia muy animada.
– ¿Cómo dice? –le respondió extrañada la señora Moreno–. ¿Se refiere al audio y a las figuras?
– No exactamente. Lo que más me ha gustado ha sido la proyección de esa mujer vestida de blanco que lloraba desconsolada.
– Disculpe, pero en el castillo no tenemos proyecciones de ningún tipo. Ha debido de confundirse.
Después de unos minutos de charla, las mujeres no daban crédito a lo ocurrido. La historia pasó a formar parte del abultado anecdotario que sobre fenómenos paranormales existe en torno a la fortaleza de Almodóvar del Río.



UN BASTIÓN INVENCIBLE

Esta localidad toma su nombre del propio castillo. Cuando éste fue erigido en el siglo VIII ,recibió el nombre de Al-Mudawwar, que significa “El redondo”,nombre que fue castellanizado tras la Reconquista. Después se le añadió “del Río” debido a su cercanía al río Guadalquivir. Con sus 5.600 m2 , la fortaleza fue construida en ese emplazamiento porque constituía un lugar perfecto desde el punto de vista estratégico. A tan sólo 22 km de Córdoba, el castillo, de 252 m de altura, ofrecía considerables ventajas a sus moradores en caso de producirse un conflicto bélico, ya que permitía el dominio visual de la zona, el control de acceso a la misma, del tráfico fluvial y del abastecimiento de agua, así como la comunicación con otras fortalezas cercanas .


Era, en definitiva, el bastión más invencible de Andalucía. Uno de los primeros gobernadores del castillo fue Abd al-Rahmán I, que se estableció en él hacia el año 759, pero no fue hasta el siglo X cuando la fortaleza fue ampliada y reforzada por Abd Al-Rahmán III. Este castillo fue testigo de las guerras entre los musulmanes, del fin de los reinos de taifas y del comienzo del imperio almorávide en el siglo XI. A partir de ese momento el recinto pasó por diferentes manos. Primero dependió del reino de Carmona, después formó parte de los dominios del rey de Toledo y, posteriormente, se convirtió en propiedad de los monarcas
sevillanos. Ese interés por la fortaleza demuestra que era un emplazamiento de gran valor estratégico.

LA TORRE DEL HOMENAJE

Pero la historia que nos interesa, la de la princesa Zaida, dio comienzo a principios del siglo XIII, tras la Reconquista por parte de Fernando III, el Santo. Aunque existen diferentes versiones, la más extendida es la que explicó a MÁS ALLÁ Alfonso Luna, conservador del recinto.


 Tras la Reconquista, el rey musulmán que dominaba la fortaleza ,salió a defender sus tierras del acoso de los cristianos y se vio obligado a dejar a su
esposa Zaida en el interior del castillo. Pero las cosas no salieron como estaban previstas y la princesa fue encerrada en las mazmorras, aunque tiempo después le fue permitido acceder a la torre del homenaje. Al parecer, la mujer no perdía la esperanza de que su marido regresara y la rescatara de su cautiverio, pero sus anhelos quedaron hechos añicos cuando, a través de una de las estrechas ventanas, divisó el caballo blanco del rey moro que regresaba solo y cabizbajo por la campiña cordobesa, señal inequívoca de que su dueño
había muerto.


 La noticia se confirmó poco después. Zaida quedó sumida en una profunda depresión, que la llevó a recluirse de manera voluntaria en las mazmorras. Al cabo de unos días sin probar alimento murió –afirman– de tristeza. Pero ¿abandonó del todo el lugar?

UN SIGLO DE APARICIONES

Aunque muchos habitantes del pueblo de Almodóvar del Río piensan que las historias acerca de extrañas presencias en el castillo son recientes, tenemos constancia de su existencia desde hace más de un siglo. Mis entrevistas con Alfonso Luna han sacado a la luz detalles muy significativos. El trabajo de Luna fue desempeñado con anterioridad por su padre y su abuelo, y a través de ellos pudo conocer historias muy curiosas. La primera referencia –procedente del abuelo de Alfonso– nos habla de la aparición de un supuesto espectro en 1907. Al parecer, fue contemplado por algunos empleados que realizaban trabajos
arqueológicos en el bastión.


Según Alfonso Luna, desde aquel momento y hasta mediados de la década de 1970 no se produjeron otras manifestaciones anómalas y los hechos quedaron en el olvido. Sin embargo, cuando se emprendió una nueva reforma en el interior del castillo los fenómenos regresaron a la fortaleza. El propio Alfonso Luna ha sido testigo de algunos sucesos extraños, como, por ejemplo, escuchar voces y portazos en mitad de la noche, cuando el recinto se encontraba totalmente vacío y cerrado al público. Y, si Luna no hubiera recibido numerosas informaciones de turistas que han sido protagonistas de lo insólito, quizá habría pensado que todo se debía a una mala jugada de su imaginación.


(Bajada a calabozos )
 Lo más curioso de todo es que muchos de los fenómenos relacionados con la misteriosa “dama de blanco” se han producido el mismo día: el 28 de marzo. Como si de un macabro aniversario se tratara, el presunto espectro de la princesa Zaida hace acto de presencia en la torre del homenaje siempre en idéntica fecha.



(Zaida, recreación de la princesa omeya (Ahora castellanizado benjumea,del árabe: ben (hijo ) - omeya )

EL SUICIDIO QUE NUNCA SE PRODUJO

Esta torre es la más alta del castillo y está próxima a las mazmorras. Si María Teresa Moreno ya se extrañó cuando la turista le habló de la inexistente proyección de una mujer que lloraba, aún más asombro le causó el testimonio de una turista americana que salió espantada del castillo. Con la cara descompuesta, se acercó a su oficina y afirmó que una mujer se acababa de arrojar por una de las ventanas de la torre.


Todos salieron a ver lo que había sucedido y estaban a punto de llamar a una ambulancia cuando descubrieron que no había nadie en el suelo bajo la torre. Pero el estado de nerviosismo de aquella turista les hizo pensar que había visto algo muy impactante, algo que la había aterrado. Lo más curioso fue la descripción que hizo de la presunta suicida: sus ropas y sus rasgos físicos eran similares a los descritos por otros turistas. ¿Se trataba del espectro de la princesa Zaida?


( Rejilla de los calabozos,por donde controlaban a los presos desde arriba )

En estas mazmorras, estuvo presa Dª Juana de Lara, esposa del infante D. Tello hermano bastardo del Rey D. Pedro I el Cruel.
También estuvo prisionero D. Fadrique de Castilla y Ponce de Leon,Duque de Benavente,que nacio en el año 1333,hijo del rey de Castilla y León Enrique II "El de las Mercedes" y de Beatriz Ponce de Leon .
Su padre le da el titulo de Duque de Benavente, pero su tio Enrique III "El Doliente"lo mandó enviar preso al Castillo de Almodóvar, donde murió encarcelado en el año 1379.



Esta es una de las Galerias Subterraneas por donde los defensores del castillo salian del mismo cuando estaba el castillo sitiado por la cual podian ir a por víveres, esta galeria fué restaurada por el XII Conde de Torralva (dueño que fué del castillo ),a principios del siglo XX.Actualmente se encuentra cerrada a cal y canto.

Mi opinión a este respecto,es que según lo que se ha probado históricamente,Zaida,la "supuesta dama de blanco " nunca se suicidó,es más,se dice que no murió en el castillo.
Aunque esto tampoco influye mucho en el tema de la fantasmogénesis,ya que a veces,el espíritu que sea,aunque haya muerto lejos del sitio en el que supuestamente está vagando,si ha estado emocionalmente muy atado a un determinado lugar,por lejos que haya estado,volverá...y más en la dimensión en la cual se encuentran.

( Piensen el el caso de Boabdil,la leyenda dice que aún por las almenas e incluso por toda la Alhambra,su fantasma va recorriendo una por una las estancias,suspirando por lo que tanto amaba y perdió...y sin embargo,Boabdil murió en el destierro,pero regresó su ánima a su amada Granada,ya nadie le podía quitar ese honor...puede que la princesa Zaida hiciese lo mismo..) aparte de,que habría de saberse,para comparar,como eran fisicamente Zaida y Doña Juana de Lara,en el caso que hubiera retratos de época,para verificar rasgos y lo más elemental para identificar si es una de las dos,u otra entidad femenina,sería la coincidencia de fecha,el 28 de Marzo,que es cuando este ente aparece y lo que hay que investigar,es que sucedió en esa fecha en las vidas de ambas mujeres,para descartar o afirmar de quien puede ser la fantasma.


( Estatua orante de Don Pedro I el justiciero )

También hay una segunda opción,que para mi,casa mejor con lo que he estudiado sobre el reinado del rey Don Pedro I, para mi,el justiciero,no el cruel (que si lo fué para los nobles corruptos y tiranos de la época ).


(Tumba de Don Tello de Guzmán,hermanastro de Don Pedro I )

Con esto quiero referirme,a que si allí encarceló a su " cuñada bastarda ",tampoco los Guzmanes fueron unos angelitos,ya que Don Pedro,perdonó a sus hermanastros varias felonías,pagándoles ellos con las peores traiciones,como así la manceba del padre ( Alfonso XI ),del rey,la cual en pago al perdón de Don Pedro,instigó y conspiró junto a sus hijos-hienas para conseguir el poder,es por ello que pienso,que la presa,Juana de Lara,al verse desposeida de sus atribuciones y morir en aquellas mazmorras,para mi es otra candidata a ser la dama blanca o fantasma del castillo.

( Don Pedro I, cruel para los poderosos,misericordioso para el pobre )
fuentes:


http://www.masalladelaciencia.es/hemeroteca/el-espectro-de-la-princesa-zaira_id21870/introduccion_id266273.html

http://castillosymazmorras.blogspot.com/2007/11/mazmorra-del-castillo-de-almodovar.html

http://sevillaciudaddeembrujo.blogspot.com/


LA SANGRE DEL ALCÁZAR.

En los reales alcazares de sevilla,se encuentra la sala de los azulejos,allí el visitante ,si es detallista y se fija en el suelo,podrá encontrarse con una mancha marrón, esta mancha,tiene su historia:

Según la leyenda,D.Pedro I,el mal llamado cruel,lo hicieron casar por razones de estado, (aún estando casado en secreto con Doña María de Padilla,la cual era muy querida `por el pueblo,por sus contínuas ayudas a los pobres...)con Doña Blanca de Borbón,la cual vino a España,acompañada (en un acto de confianza traicionada...) por el hermanastro del rey,Don Fadrique, (hijo de la antigua amante de su padre y conspiradora principal,Doña Leonor de Guzmán ) desde Francia,para contraer esponsales con D. Pedro.

La boda se celebró y el rey sólo consumó dos veces su matrimonio,por otra parte,el monarca ya estaba enterado de que ,en el camino desde Francia hasta Castilla (España actual ), su hermano y Dña Blanca,habían tenido contactos sexuales y que seguían teniéndolos a espaldas del rey,por lo cual éste último,hizo llamar a Don Fadrique al älcazar,para en un princípio hablar con él.

Una vez allí,los ánimos se encendieron y tuvieron un enfrentamiento,Don Pedro por su honra manchada y por sentirse de nuevo traicionado y Don Fadrique,porque al parecer se hallaba enamorado de Dña Blanca y esto dió lugar a que Don Pedro matase a su hermano en un acto de ira ( otras versiones dicen que fué Juan diente,su ballestero de maza y compañero de juergas,el que le aporreó por la espalda al hermanastro del rey,por orden de éste ),y el mismo monarca,al ver que Don Fadrique estaba agonizante y no moría,lo remató con una daga.

La sangre de Don Fadrique,cayó en el mármol sin pulir del suelo de esta parte del alcazar,que lo absorbió todo y por mucho que lo intentaron lavar e incluso pulir,la mancha jamás se fué y hasta hoy sigue.

fuente: www.tertuliaandaluza.com

EL REO.

La justícia había prendido a cierto bandido, que tenía cometidos en Sevilla numerosos delitos y tras juzgarle en la casa cuadra o audencia de la plaza de San Francisco,le condenaron a morir ahorcado,así que le sacaron de la cárcel que estaba en la calle Sierpes,esquina a la calle Bruna (en la actualidad,edifício del banco hispano americano).


Le llevaban hacia Tablada donde se encontraba la horca pública,cuando al paso por la Puerta de Jerez,el reo comenzó a dar grandísimos gritos,diciendo :
- ¡ No podéis ahorcarme porque el rey me perdonó!¡ No podéis ahorcarme porque el rey me perdonó !


Ante semejante novedad,se detuvo la comitiva y el juez acudió al Alcázar a dar parte a Don Pedro de lo que sucedía.El rey dijo que él,ni conocía a aquel reo,ni jamás le había otorgado perdón alguno,por lo que mandó que se ejecutase el cumplimiento de la sentencia.


No bien había salido el juez de las estancias del rey,cuando éste último reflexionó y ordenó que llamasen de nuevo al juez,antes de que saliera del Alcázar.Regresó el juez a su presencia y el rey dijo:
- Aunque yo no había concedido tal indulto,ni siquiera me lo habían pedido,es mejor que no se cumpla la sentencia,porque habiéndolo gritado en público,no quiero que pueda quedar en la memoria y ánimo del pueblo sevillano,que yo le concedí un indulto y que luego falté a mi palabra real.


Así el reo fué devuelto a la cárcel y se libró de la horca,por el respeto que el rey tenía a su pueblo y a su palabra.

LA EXCOMUNIÓN.(O el arcipreste del Patio de Banderas.)



Alrededor de 1350 reinaba en España Pedro I de Castilla, el cual se casó por razones de Estado con Doña Blanca de Borbón, princesa de Francia.


El rey sin embargo se enamoró perdidamente de María de Padilla, una dama sevillana famosa por su gran belleza, con la cual tuvo relaciones fuera del matrimonio.



La obsesión de Pedro I por María de Padilla le hizo mandar asesinar a su propia esposa, Blanca, para poder quedar libre así de estar con María, con la cual se casó en secreto.
Al conocer el Papa la noticia de la boda secreta de Pedro y María ordenó una investigación eclesiastica, y al comprobar que la boda se hizo sin el requisito de autorización del prelado de la diócesis lanzó una excomunión contra el rey.


El castigo, según el Derecho Canónico, solamente podía tener efecto cuando fuera comunicado personalmente al rey. Sin embargo, ningún cura se atrevía a hacerle tal afrenta al poderoso monarca castellano.Sólo el arcipreste Marcos se atrevió a tal cosa, se dirigió al campo de Tablada donde el rey solía ir de cacería, se apostó al otro lado del río y se puso a esperar al rey.


Cuando apareció Pedro I se puso a leer el documento a voces con el río de por medio, pero Pedro I al saber de que se trataba, espoleó a su montura y vadeó el río haciendo huir al clérigo disparándole las flechas que utilizaba para la caza. El arcipreste mientras huía le gritó al rey "Pues os leeré el decreto de  Su Santidad,señor rey excomulgado, y si no os lo leo en vida, vendré después de muerto a leéroslo".


El arcipreste murió poco después de Don Pedro sin poder realizar su promesa, por eso sigue apareciendose por las immediaciones del alcázar, antigua residencia de Pedro I, mas concretamente por la calleja de la judería que va desde el patio de Banderas hasta el barrio de Santa Cruz, con sus ropas de clérigo, llevando el documento papal y repitiendo en un suspiro "Rey Don Pedro ¿dónde estás, para leerte tu excomunión?"

EL ZAPATERO.

Aunque Pedro I, El Cruel para algunos y El Justiciero para otros, era de Castilla según su nombre, tuvo mucho relación con Sevilla, donde está sepultado si no me equivoco y donde ocurrió lo que nos ocupa.


Al parecer, un arcediano (archidiácono) de la catedral de Sevilla había llevado una discusión que le enfrentó a un zapatero hasta el extremo máximo, dando muerte de una puñalada el religioso al pobre remendón. Mereciendo mayor castigo por el asesinato, finalmente sus influencias y el ser hombre de Iglesia dejaron la pena en la prohibición de decir misa durante un año.


El hijo del zapatero fallecido, zapatero también, considerando que la pena era una ofensa a la misma justicia, fué a demandar ésta al rey, presentándole la situación y los hechos y pidiéndole que enmendara la sentencia inicial.
-¿Dices que el arcediano no ha sido castigado?
-Sí, señor; le han condenado a no decir misa durante un año.
-Y tú, ¿te crees capaz de matar al arcediano?
-Sí señor, en cuanto pueda.
-Pues hazlo.


Y siendo casi orden del rey, el hijo del asesinado se dispuso a cobrarse la venganza por la vida de su padre en la del propio asesino. En plena procesión, el joven salió de entre la gente y llegándose directo hasta el arcediano lo mató como había sido liquidado su padre, de una puñalada. Se formó un pequeño tumulto que apresó al vengador y cuando ya lo llevaban preso, el rey don Pedro, que asistía a aquella procesión, intervino.
-¿Por qué has matado al arcediano?
-Porque mató a mi padre de una puñalada y he querido pagarle con la misma moneda.


El rey se giró hacia los eclesiásticos, que habían sido responsables de la condena impuesta al arcediano, y les dijo.
-¿Cómo no fué castigado el arcediano por este crimen?
-Sí, señor, lo fué; se le condenó a no decir misa durante un año.
-Pues yo condeno a este hombre a no hacer zapatos durante un año.
Y aquel día, don Pedro de Castilla, el Cruel para muchos, pero El Justiciero para los suyos, honró ese segundo sobrenombre como si fuera Salomón.
Fuente:
http://curistoria.blogspot.com.es/

LA MANO DEL ESCRIBANO.

No hay que dudar que, allá por los años 1351 a 1357 el cargo de Escribano de la Villa lo ostentara un caballero, cuyo nombre no ha conservado la historia, educado en la escuela de trapisondas e injustitas y a su antojo ejerciera el cargo, sin hacer más distingos que, llenar la bolsa y favorecer al amigo fustigando al enemigo.


Cuenta esta Leyenda que fácil al soborno y con perjuicio de tercero, otorgó una escritura falsa. Que las súplicas, no humillantes, pero sí razonadas y serenas, no fueron bastante para modificar en justicia el documento, envenenado por la aceptación de la dádiva, que la catalogaban de de apócrifo. Los perjudicados, cansados de vanas palabras y quizás peores hechos, aprovechando uno de los viajes que el rey don Pedro I de Castilla, el Cruel o el Justiciero, hizo a la Villa, bien a ver a doña María de Padilla, bien en paso para aplacar las sonadas rebeldías de los nobles, capitaneados por el bastardo, acordaron acudir a su Serenísima Alteza en queja.


Cumplidos los trámites de solicitud, los vecinos fueron llevados a la presencia del Monarca que se aposentaba en una cámara sencilla, amueblada con aparato impropio de la realeza.
Sobre una mesa de roble, en franca meditación, encontraron al más modesto de varios presentes, que a no ser por el respeto con que era tratado y mirado, dijérase que cualesquiera de los otros tenía más traza de Rey. Su dulce mirada, su amable acogida, su simpatía en la voz no pudo sobrecoger a los que demandaban a su persona, Justicia.


Más anonadados quedaron ante la presencia de los demás caballeros que completaban la compañía del Rey. Sin vestir los fastuosos trajes de Corte, llevaban albos justillos de terciopelo, con mangas de púrpura de Kufa, obtenida a precios caros de los mercaderes granadinos que sostenían un rico comercio con Oriente. Una cadena doble magnífica, de oro, pendía de su cuello, cayendo sujeta de ella, al pecho, el sello de armas y el emblema del cargo en la Corte. Llevaban daga y espada, relucientes. Calzaban riquísimas de seda a dos colores: negro y verde unos; amarillo y rojos otros… Borceguíes de marroquí bordados de plata. Refulgentes espuelas… En el rey todo era sencillez.


- Hablad sin reparo vuestras cuitas, les insinuó sonriente el   Monarca de Castilla.
- Serenísima alteza, parece que dijeron los leales de Astudillo. Demandamos Justicia al Rey nuestro Señor, en contra del Escribano de la Villa, que habiendo otorgado documento en falsía ocasiona gastos e despojos de bienes e obligaciones que non son de justicia e pedimos amparo a vuestra Serenísima Alteza, para que non seamos así castigados, con el inmerecido trato del dicho Escribano.


Y los vecinos ante la acogida del Rey fueron relatando uno tras otro los atropellos llevados a cabo por el Escribano y sufridos con paciencia ejemplar. Fijó don Pedro la vista en los villanos y leyendo en sus almas la verdad, ordenó al momento la presencia en la cámara Real del Escribano acusado. No se dilató el cumplimiento de la orden. A tan alto mandato, tan pronta diligencia. En la misma cámara se celebró el careo. En él quedó patentizada la razón y valentía de los expoliados y la doblez y falsía del que en nombre del Rey y de la ley había de personificar en sus actos, la justicia.


 Levantose el Rey de su asiento y parlamentó con dos de sus vasallos. Transcurridos unos momentos, acompañado de los nobles, servidores y litigantes, fuéronse hasta el brocal de un pozo, que hasta hace pocos años aún se utilizaba públicamente y que está fuera del recinto del Palacio del doña María de Padilla, mirando al Norte.
 -¿Qué ves flotando sobre el agua de ese pozo? Preguntó el Rey al Escribano acusado.
 -Veo una naranja, Señor.
 -Estás seguro?
 -Seguro, Señor.
 Llamó a su Escribano Real, haciéndole la misma pregunta.
 El de Justicia Real, pidió una escalera, bajó hasta el pozo, lo subió a presencia de don Pedro, manifestando: media naranja, Señor.


Tornó silenciosa la comitiva al aposento que hacía de Audiencia Real. Y en la cámara, de su puño y letra, el Monarca señaló en castillo:
Yo, el Rey de Castilla… etc., etc. Don Pedro I, por la gracia de Dios: mando para que sea ejemplo del presente y testimonio elocuente del deber para el futuro, no tan sólo para los Escribanos, sino para los que han de facer Justicia en mi Reino, a todos é cada uno dellos, que le sea cortada la mano a fin de que nunca jamás amén, pueda con ella signar falsamente documentos que están fuera de la Ley de Dios nuestro Señor y lo mando por Mi en el mio Reino.
Y si no fué Juan Diente, su ballestero Mayor, otro ballestero real, no menos adicto, cumplió la sentencia, que de tan alto venía.


El Escribano, despojado de sus cargos y atributos, con la manifestación de su miembro amputado por su mal fecho, por Castilla toda y desde el Señorío de Vizcaya hasta Andalucía; desde Galicia hasta las puertas de Valencia, por la Mancha y por León, mostró por doquier el baldón de su deshonor y el respeto que había de merecer la Justicia, severísima si se quiere, pero no lo bastante para inmortalizar en la Historia a un Monarca con el calificativo de Cruel.


Las gentes, al tanto del hecho, mostraban en comadreo, nada compasivo el vituperable proceder del Escribano, comentando:  Justicia del Rey, nuestro Señor é la fizo en Estudillo.
Tal nombradía cobró el acto, que la moralidad de los Escribanos y Justicias y menestrales al servicio del pueblo, se modificó ostensiblemente. Y tal acontecimiento fué tan sonado y notorio en Castilla, que de él, aún tuvo conocimiento don Pedro, que para perpetuar esta sentencia que era gran dolor suyo el repetirla, al saber su fama, ordenó, sigue la leyenda, el Serenísimo don Pedro I de Castilla, que en la casa donde el acto injusto y desleal cometió el Escribano, sobre el dintel de la puerta principal, se esculpiese en piedra buena, piedra de las mejores canteras del Reino, perenne manifestación de desafío al tiempo y a la voracidad de los siglos la mano cortada del Escribano, oblicuamente, como cumplía el acto por él llevado a efecto.


Aún en los tiempo presentes, después de pasados, con esa lentitud borrosa, que lo hacen los siglos, todos los viajeros que se llegan en peregrinación culta, para visitar el Real Convento de Santa Clara, Monumento Nacional hoy y que hace tantos siglos fundara doña María de Padilla, juntamente con dos Pedro I de Castilla, el Cruel o el Justiciero, contemplan curiosamente el escudo, preguntando su significado y origen.

LEYENDA DE LAS NARANJAS.1

Jardines del Alcazar

Con ocasión del nombramiento del primer escribano mayor del Cabildo de Sevilla, el Rey D.Pedro llevó a los pretendientes a los jardines de Maria de Padilla en el Alcázar y les pidió que le dijeran cuantas naranjas flotaban en un estanque de los jardines.Todos las cuentan y repiten la misma cantidad.


Todos excepto uno, de los Pineda de Sevilla que las sacó del estanque una a una y las contó. Las mismas que todos habían dicho.Preguntole el Rey el porqué de este hecho y éste contestó:

- Porque podían ser medias naranjas. Y cortando una por la mitad la arrojó al estanque y

al flotar boca abajo parecía entera.

- No podía dar fé sin comprobar realmente si eran enteras o medias naranjas.

Desde entonces y por muchos años, los Pineda ostentaron el oficio de Escribano mayor del Cabildo de Sevilla.Juan de Pineda era su nombre.

ELECCIÓN DE ESCRIBANO. ( LEYENDA DE LAS NARANJAS 2 )

A pesar de su mal carácter era también Don Pedro I de Castilla hombre de ingenio, según prueban algunas anécdotas que de él se refieren. He aquí una:
Necesitaba nombrar Escribano mayor del Reino y, para estar seguro de las cualidades del elegido, decidió escogerlo por si mismo. A tal fin, hizo publicar un pregón anunciando que cuantos aspirasen al cargo podían presentarse en el Alcázar sevillano a la hora que se indicaba.


Se reunieron muchos aspirantes y les hicieron pasar uno tras otro a una gran cámara, con un hermoso estanque en el centro, en el que flotaban gran cantidad de naranjas, y el rey preguntaba:
-¿Cuántas naranjas hay en la alberca? El interesado daba el número que le parecía y el rey le hacía salir inmediatamente; pero ninguna respuesta debió de satisfacerle porque el ceño real estaba muy fruncido.


Sólo quedaba ya un hombrecillo pequeño, esmirriadillo, portador de una respetable joroba; pero sus ojos desprendían chispas y el rey formuló por ultima vez la pregunta:
-¿Cuántas naranjas hay en el estanque? A lo que el hombrecillo replicó:
- Antes de contestar, haced que me den una vara.
-Dádsela- ordeno el rey a uno de los cortesanos que le acompañaban.


Y cuando se lo hubieron dado, el hombre fué dando la vuelta a cada una de las naranjas que flotaban, pudiendo comprobar que muchas no eran más que mitades.



Una vez acabadas de voltear, las contó y dió al monarca el número que creía exacto.
-¡Menos mal, exclamo el rey contento, menos mal que hay uno que tiene sentido común! Por fin he encontrado a mi escribano mayor.

EL CLÉRIGO.

En Madrid hay varios vestigios del desaparecido convento de Santo Domingo. Uno de ellos es la estatua orante de Pedro I el Cruel. Esta estatua formaba parte del sepulcro y sobre ella hay una leyenda:


Este rey de carácter iracundo y acostumbrado a quitarse de enmedio a todo el que le molestaba, pretendía en cierta ocasión saltar la tapia del convento de Santo Domingo, para interesarse por alguna dominica de cuya belleza había tenido noticia. Un cura le detuvo junto a la tapia del convento y le recriminó por sus lujuriosas intenciones. Pedro I, por toda respuesta, lo asesinó de una puñalada.Cada vez que el rey pasaba cerca del convento, una sombra le seguía. Hasta que un dia, Pedro se volvió y se encaró con la sombra:


-¿Quien sois y qué queréis?
-Si queréis saber quién soy acudir conmigo hasta el pozo. (Ya hemos descubierto los restos del pozo en la entrada anterior).
-Junto al brocal del pozo, la sombra se convirtió en el cuerpo del fraile asesinado.
-Soy el clérigo a quien dísteis muerte porque recriminé vuestra intención de quebrantar la clausura de las monjas. Quiero anunciaros que vuestro propio hermano os dará muerte con el mismo puñal con que me matásteis a mi, y que seréis piedra en Madrid.
Lo de que su hermano intentase matarle se la traía al fresco, ya que él se sabía defender; pero lo de "Ser piedra en Madrid" le dejó intrigado.


Poco tiempo después se cumplió la profecía. Pedro murió a manos de su hermano. Enterrado primeramente en La Puebla de Alcocer, su nieta doña Constanza, que era abadesa de Santo Domingo, mandó traer el cadáver y le hizo un sepulcro sobre el que se colocó una estatua.



La estatua yacente se cambió por otra orante en tiempo de los Reyes Católicos, en 1504. Al ser demolido el convento, en 1869, la estatua junto con otras esculturas y diverso mobiliario, pasó al Museo Arqueológico Nacional.

Fotos:http://feteju.wordpress.com/2011/04/04/la-sevilla-desconocida-la-leyenda-de-la-calle-sierpes/

http://www.flickr.com/photos/alejandro5000/8567305039/

No hay comentarios: