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Colaboración con Unidad E.I.P.U.S.

Me es grato informar de la colaboración conjunta con un gran grupo de investigadores de fenómenos paranormales como es la unidad eipus,de la cual me siento orgullosa de ser amiga y de los cuales se podrán ver vídeos de su canal aquí en mi blog,de los cuales estoy suscrita a través de su canal de youtube y del que recomiendo que vean :
https://www.youtube.com/channel/UCagFN_XbuDKORF4chsGUzrw
Creo que les va a gustar esta colaboración,ya que de esta forma será un medio escrito-audiovisual.

lunes, 6 de octubre de 2008

FANTASMAS DE LA INQUISICIÓN...


Fantasmas del castillo - cárcel de san Jorge de la Santa Inquisición en Triana, Sevilla.

El Castillo de San Jorge o de la Inquisición.


El origen del Castillo de San Jorge es desconocido, aunque se supone que fueron los visigodos sus primeros pobladores, siendo erigido para defender a la escasa población de los ataques de Leovigildo.


En 1.171, Abu Yacub Yusuf, rey de Sevilla, mandó construir el puente de barcas amarrando las gruesas cadenas a los muros del castillo. Durante casi siete siglos fué la única comunicación de Sevilla con Triana, el Aljarafe y la Sierra Norte.


Plano de Sevilla, en el que puede observar el puente de barcas y el Castillo de San Jorge. Ambrosio Brambilla, 1.585. Biblioteca Nacional de España.


            ( En la foto podemos ver una maqueta de como era el castillo de S. Jorge.)

Las primeras noticias escritas sobre el castillo datan de 1.178, cuando el infante Don Sancho, hizo una acometida contra los moros de Sevilla, atacando el Castillo de Triana. Formalizado el cerco a Sevilla por el rey San Fernando en 1.247 se sucedieron los ataques al castillo aún ocupado por los moros, pasando a poder cristiano en 1.248.En el siglo XV, los años y el estado civil de la monarquía dejaron obsoletas las fortalezas como el Castillo de Triana, cuyo cuidado se abandonó, siendo habitado por distintas familias, que mantenían el culto a la Iglesia de San Jorge. En 1.481 fué ocupado por el Tribunal de la Santa Inquisición.

Escudo de la Inquisición española.


A ambos lados de la cruz, la espada simboliza el trato a los herejes y la rama de olivo la reconciliación con los arrepentidos. Rodea el escudo la leyenda «EXURGE DOMINE ET JUDICA
CAUSAM TUAM. PSALM. 73», que en latín significa Álzate, oh Dios, a defender tu causa.
Salmo 73. La Inquisición, contrariamente a los que muchos piensan, no tiene origen español.
Fué creada por medio de la bula papal Ad abolendam, emitida a finales del siglo XII por el papa Lucio III como un instrumento para combatir la herejía cátara en el sur de Francia (con gran protagonismo de nuestro Santo Domingo de Guzmán). Existieron Tribunales de la Inquisición Pontificia en varios reinos cristianos europeos durante la Edad Media, siendo los más activos los del norte de Italia y sur de Francia.


La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fué una institución fundada en 1.478 por los Reyes Católicos, primero en Aragón y luego en Castilla, para mantener la ortodoxia católica en sus reinos, o al menos esa era la excusa.


Muchos veían en la Inquisición una manera de arrebatar a los judíos sus bienes o también una forma de controlar a los nobles, que en ciertas zonas fronterizas campaban a sus anchas. En Sevilla era el caso de los Guzmanes y los Ponce de León, que durante décadas se combatieron activamente.De cualquier manera, sirvió para mantener la unidad política y religiosa del país, así como para financiarse en la guerra contra el infiel.


Autores como Juan Gil, sostienen que la Inquisición acabó convirtiéndose en "un arma de la xenofobia". "Cuando apenas quedaban conversos judíos y luteranos, se dirige contra los moriscos portugueses que residían en Sevilla y contra el que fuera". Sin ir más lejos, Santa Teresa de Jesús, San Juan de Ávila o Fray Luis de León fueron juzgados en su momento por la Inquisición y si bien lograron burlar a la hoguera, no pudieron impedir que sus escritos fueran severamente censurados por los afanosos inquisidores.


Sevilla ocupa un lugar destacado en la historia de la Inquisición Española. Aquí fué creado en 1.480 (dos años después de la fundación de la institución) el primer Tribunal de la Inquisición, el cual desarrolló tal eficacia en sus primeros cincuenta años que tuvieron que bajar el ritmo porque no había cárceles ni dineros para mantener a los presos.



Cada año tenían lugar decenas de miles de procesos y se quemaban en la hoguera a miles de
condenados. Las ejecuciones se llevaban a cabo en el quemadero de San Diego, en los
terrenos de la actual Tablada, que fué utilizado por última vez en 1.781.También hubo
"quemaderos" en la actual plaza nueva y en el Prado de San Sebastián,estando el quemadero
justo debajo de la estatua del Cid Campeador que se instaló en ese lugar a raíz de la
Exposición Iberoamericana de 1929. Los cimientos de dicho quemadero están aún hoy día bajo
el pedestal de la estatua de nuestro héroe nacional.


Pero no sólo se quemaron judíos; hay constancia de la quema de clérigos y frailes, dándose el caso de quemar de manera póstuma, aquellos condenados muertos con anterioridad al juicio (a veces con muchos años de anterioridad), desenterrando sus huesos de los cementerios de la ciudad,que por aquel entonces estaban en la Trinidad, San Agustín y San Bernardo, para ser quemados y por supuesto, desposeídos de sus propiedades. La Inquisición no solamente castigaba a los infractores, sino también a sus descendientes, que podían tardar siglos en borrar esa “mancha” del historial familiar.También salió de esta sede al quemadero,María de los Dolores López, la beata Dolores (última víctima de este método de ejecución en España), una  religiosa de las carmelitas descalzas de Sevilla que era ciega, al ser  denunciada por mantener relaciones sexuales con su confesor, además  de  decir que hablaba con el Niño Jesús  (al que llamaba "el tiñosito") y de pertenecer a la corriente
monilosismo, similar al quietismo, que era considerada una doctrina  herética.(Más información sobre esta mujer en: https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_de_los_Dolores_L%C3%B3pez )




Los primeros presos de la Inquisición sevillana fueron “alojados” en lo que fué el convento de San Pablo el Real de los dominicos, actual Iglesia de la Magdalena, que aún conserva en sus muros el fresco pintado por Lucas Valdés “El suplicio de Diego Duro”; en él se representa un auto de fe y a un hereje conducido al quemadero que es identificado tradicionalmente con Diego López Duro, mercader de Osuna. La orden dominica, jugándose su prestigio y tratando por todos los medios de aventajar a su más próxima rival, la Orden Franciscana, no tuvo empacho en convertir su convento en cárcel pasajera de los hombres y mujeres "más culpados" de la herejía, al menos de los seis que inauguraron el quemadero de Tablada el 6 de Febrero de 1481. Allí fueron quemados seis hombres y mujeres en los llamados "cuatro profetas".


Este tormento se trataba de cuatro grandes estatuas huecas de yeso, dentro de las cuales metían vivos a los condenados para que muriesen a fuego lento. En el auto predicó el dominico Fray Alonso, "celoso de la fe de Jesucristo es el que más procuró en Sevilla esta Inquisición". En el segundo auto, que se celebró a finales de abril de 1481, se procesó al famoso Pedro Fernández Benadeva, participante de la conjura de los conversos, en la collación de San Juan de la Palma.

El martillo de los herejes.




Fruto de la eficiencia del  Tribunal, estas iniciales instalaciones pronto resultan escasas, por lo que,por el siglo XVI, siendo Inquisidor General de España don Fernando Valdés, cardenal arzobispo de Sevilla, manda su traslado al Castillo de San Jorge, en el arrabal de Triana, el cual contaba con 26 cárceles secretas, las cuales eran calificadas por el mismísimo Santo Oficio en el S. XVII como "antros de horror, hediondez y soledad",dotadas de todas las “comodidades” propias de la institución, incluida la Iglesia de San Jorge, primitiva parroquia de Triana.


La Inquisición realizaba sus autos de fe, primero en las gradas de la Catedral,las cuales también sirvieron en su tiempo para exponer a los esclavos que traían de la actual América,para su venta a los ricos señores de la época.


                                                            Iglesia de Sta Ana.






                                                             Iglesia de San Marcos.



                                                    Convento de San Pablo.

Más tarde,estos autos se hicieron en la Plaza de San Francisco aunque, cuando se necesitaba más “intimidad”,se usaban las Iglesias de Santa Ana y San Marcos, además del Convento de San Pablo.


Más de 120 años después del comienzo de la Inquisición en Sevilla, llegó a ser Inquisidor General Fernando Niño de Guevara, personaje caracterizado por su intransigencia.





Durante su cargo, mandó ejecutar a más de dos mil personas, teniendo que renunciar por orden del Rey en 1.602, debido a las múltiples quejas. Un año antes, había sido nombrado Cardenal de Sevilla, donde ejerció el cargo hasta su muerte. Una fecha clave en su historia hispalense, fué el Sínodo de 1.604, en el cual, el Cardenal, en un alarde de soberbia, obligó a las Cofradías de Sevilla a pasar por el Palacio Arzobispal, lo que se considera el origen de lo que hoy en día es la Carrera Oficial a la Santa Iglesia Catedral en Semana Santa.


El Tribunal ocupó el Castillo de San Jorge hasta 1.626, en el que muy deteriorado por las fuertes riadas hubo de abandonarlo. En 1.627 fué concedido al Conde Duque de Olivares para cuidar de su reparación y evitar el fraude de mercaderías que se realizaban en su puerta.



Hacia 1.639, ya reparadas las ruinas, volvió a ocuparlo la Inquisición hasta su traslado definitivo en 1.785, debido a lo insostenible de su estado dada su antigüedad y afectación ante las continuas inundaciones.




Tras la marcha del Tribunal, se legó el castillo a la ciudad con tributo perpetuo por parte de la Real Hacienda para su derribo, con el fin de comunicar el Altozano con la calle Castilla, quedando un solar en el que se construyeron viviendas y el Mercado de Abastos de Triana.Alternando diferentes etapas de elevada actividad con otras de acusado ostracismo, el Tribunal del Santo Oficio no se abolió definitivamente hasta 1.834, durante el reinado de Isabel II.

Sala Sensorial.


Consta de tres espacios, con sus correspondientes proyecciones:El juicio de valor, el abuso de poder y las víctimas.Sepultado bajo el Mercado permaneció, hasta que las obras de rehabilitación de éste permitieron descubrir los restos que se hallaban bajo tierra : la casa del portero, las cuadras, las casas del nuncio y el notario, la cocina, la bodega, la casa del Primer Inquisidor o la de los Familiares.Tras la Sala Sensorial, accedemos a la barbacana bajando un tramo de escalera.





Concluidas las obras del Mercado, se inició la recuperación del Castillo y su exposición en forma de museo. Ocho años y 2,5 millones de euros más tarde,  en diciembre de 2.009, se inauguró este espacio olvidado por (casi) todos. Dotado de las técnicas museísticas más modernas, el edificio consta de varias salas y espacios expositivos que proponen un recorrido histórico por la que fue sede del Tribunal de la Santa Inquisición entre los siglos XV y XVIII. En concreto, el Castillo, con 1.400 metros cuadrados de exposición divididas en dos plantas, cuenta con seis partes diferenciadas donde se pueden encontrar, entre otras, una sala sensorial, una pasarela interpretativa, una galería de personajes o un muro de la reflexión.

La cuadra.


Los inquisidores se desplazaban en mulas que se mantenían en esta cuadra, con acceso desde la calle. Dispone de cinco amarres y un pozo con su pilón para dar de beber a las bestias.

La casa del portero.


El portero y su mujer ejercían las labores de vigilancia y servicio. Es una casa popular típica andaluza de pequeño patio central, escalera exterior, leñera, despensa y una cocina en la planta baja, con el dormitorio en la planta alta. Los porteros eran oficiales menores de la Inquisición, como también lo eran los despenseros, médicos, capellanes,etc.

Las casas del Nuncio y del Notario.


Casas adosadas del Nuncio Papal y del Notario del Secreto, encargado de redactar los documentos del proceso. Son típicas casas de patio andaluz con escalera y doble altura y vistas al interior de la ciudadela y al río.

La cocina.


La cocina y el pozo se sitúan dentro del área de servicio del Inquisidor e inmediatas a un patio y a un espacioso salón que oficiaba de comedor. Los fogones se alimentaban con carbón vegetal, cuya combustión se avivaba con soplillos, un modo tradicional que se ha conservado hasta mediados del siglo XX.

Cuartos de los Familiares.


Los Familiares, servidores laicos del Santo Oficio, eran una especie de policía cuya misión consistía en interponer las denuncias o detener a los herejes. Las familiaturas fueron codiciosamente apetecidas, incorporándose a ellas gentes de todos los estratos sociales, en especial de la nobleza. Al igual que los oficiales inquisidores, podían portar armas y sólo podían ser juzgados por la Inquisición.

Las cárceles.


Detrás de este muro se encontraban las cárceles "bajas" de la muralla oeste, junto a la actual calle San Jorge. Eran pequeñas y oscuras, aunque disponían de un pequeño jardincillo. La ciudadela del Castillo de San Jorge contuvo entre 26 y 30 cárceles, llamadas "secretas", destruidas en la construcción del mercado en 1.820. Las llamadas "bajas" formaban agrupaciones adosadas a las murallas. Había también doce cárceles "altas" en las torres, entre las que se encontraba la llamada "cámara del tormento", en la torre de San Jerónimo, que daba a la actual Plaza del Callao.

La Capilla de San Jorge.


La capilla del castillo fué utilizada principalmente por los inquisidores, tanto para oficiar misa como para escucharla desde una tribuna. El pueblo también podía asistir a los oficios. Conservó la advocación de la primitiva parroquia de Triana y posterior ermita, ubicada en este castillo. La dedicación a San Jorge fue mantenida porque este santo luchó contra el dragón, encarnación del Diablo. Se conservan restos del pórtico exterior, parte de la nave con la base del altar y la sacristía.


                                             Otra imagen de los restos de la Capilla.

La casa del Primer Inquisidor.


Era la de mayor, de patio con galería, doble altura, amplios salones y torre mirador. Disponían también de cuadras, bodegas y de un área de servicio con personal y cocina propios, despensa, pozo, etc. Junto con los Fiscales, Contadores y Receptores constituían el grupo de Oficiales Mayores.

La Bodega.


Las casas principales disponían de bodegas o fresqueras, que mantenían unas condiciones estables de  humedad, temperatura y luminosidad. En ellas se conservaban alimentos (chacinas, queso) y vino. Consta que esta bodega fué usada también para dormir fresco en las noches de verano de calor extremo.

Muro de la Reflexión.


Un teatro multimedia en el que se nos narra la historia de Marcela, víctima del Santo Oficio,  una Galería de catorce personajes de relevancia en la historia de la Inquisición y este Muro de la Reflexión, que nos lleva a comparar la Declaración Universal de los Derechos Humanos con lo sufrido por las víctimas del Tribunal, completan el recorrido por este Castillo de San Jorge, con salida final al mismísimo Mercado de Triana.


                               Restos del castillo de San Jorge. Puerta de la Inquisición.








Por el actual callejón de la inquisición (resto del castillo), pasaban los condenados hasta el quemadero y cuentan que hoy todavía,se pueden escuchar, al amparo de las oscuridad y el silencio de la noche, el arrastrar de cadenas y los lamentos de los allí torturados por el "bien de la fe católica" y también víctimas de envídias y xenofobia.





No sería extraño oir psicofonías etc...en un sítio de tales características,pues tengamos en cuenta,que en la naturaleza y el universo nada perece...sólo se transforman en otro tipo de energía que puede materializarse u oirse. ¿ Quién sabe si en los edifícios adosados a este callejón, los cuales también pisan el solar de este castillo que estuvo tan lleno de dolor,no han sentido poltergeist u otros fenómenos paranormales en sus domicílios, pero sin embargo callan por miedo a los tachen de locos?


De hecho, hubo una aparición muy actual en dicho lugar.Pietro Torrigiano,el famoso escultor florentino,parece que no abandonó nunca Sevilla y aún su espectro sigue entre nosotros.Su última aparición (que se sepa), fué en Octubre del 2014 a un joven músico Antonio Salvador Guerrero Paniagua,que venía de ensayar con su cofradía y vivió en sus carnes un encuentro de lo más aterrador:


A la altura del Callejón de la Inquisición, sintió mucho frío y se le atravesó algo negro que le tapaba la visión. Se dió la vuelta y se encontró a un monje.


Era alto,vestía con una tela de saco,tenía los ojos tapados,aunque se podía entrever una sonrisa maligna y de la impresión,se cayó de espaldas este chico.



Como pudo se levantó,el monje no dejaba de mirarlo,llevaba un rosario en las manos.La figura,aunque de tinte medieval era bastante física y nítida.



El joven empezó a correr y él monje,aunque iba andando, siempre conseguía alcanzar al asustado chico.



No levitaba ni se transparentaba como podía pensarse de cualquier espectro.Este fantasma o como queramos llamarlo,desapareció pasando a través del músico,sintiendo éste un gran frío y dejando una estela de oscuridad latente. La madre de Antonio le esperaba al otro lado del puente de Triana y ya estaba preocupada por el retraso de su hijo,el cual estaba lívido y apenas podía hablar por el horror que había sufrido.


Al buscar en internet, se topó con un cuadro que representaba una escena ocurrida en el Castillo de San Jorge, sede de la Santa Inquisición, contigua a donde había ocurrido el inusual encuentro.El cuadro representaba la muerte de Torrigiano, a manos de la inquisición en 1528.Torrigiano fué ejecutado tras recibir un encargo del Duque de Arcos,Ponce de León,para hacer una Virgen.Torregiano exigió unos emolumentos muy altos por la estatua ya hecha y al no llegar a un acuerdo sobre el precio,el escultor rompió la estatua de la Virgen y el duque lo denunció a la Santa Inquisición por satanista,al romper una efígie de la Virgen.


Torrigiano fué torturado y al fin murió por una huelga de hambre.En el cuadro también se ve a un monje de la orden de los Jerónimos de San Buenaventura,el cual se parecía mucho al que este joven vió.De todas formas,también se han hecho otras hipótesis,convertidas en leyendas. Una de ellas es que el artista no murió y pudo fugarse.Su fuga,según reza la leyenda,fué de este modo:


La muerte por inanición parecía su destino más probable gracias a su huelga de hambre, un inquisidor se acercó para confesarlo, pidiéndole Torrigiano como último deseo que esa tarea corriera a cargo del Padre Prior de los Jerónimos de Buenavista, al que le unía una vieja y sincera amistad.Éste, recordando el tiempo en el que el artista trabajó a sus órdenes, acudió con premura y, al entrar en la celda y ver el lamentable estado de Torrigiano, pidió que le dejaran a solas con su amigo.


Media hora pasó, hasta que un consternado fraile, con paso tambaleante, abandonó el Castillo de San Jorge con su cara tapada para evitar las visibles muestras de dolor por el inminente destino de Torrigiano.Nada sorprendió hasta que, a la mañana siguiente, unos gritos diferentes del resto alarmaron a los carceleros, que, comprobando que provenían de la celda de Torrigiano, acudieron sin esperar. Sorpresa la suya cuando el supuesto Torrigiano se plantó ante ellos para, con voz solemne, desvelar que no era otro sino el Prior de Buenavista.


Tremendo fué el revuelo y la vergüenza entre los inquisidores, que sintiéndose engañados por un infiel decidieron ocultar la realidad decretando ese mismo día la muerte oficial de Torrigiano para no manchar el limpio expediente del Tribunal de la Santa Inquisición, seguro e implacable, e incluso se le hizo un entierro fictício con su correspondiente funeral. Por bueno se dió el anuncio hasta que, meses después, el rumor de la fuga de Torrigiano tomó forma en Triana, el escultor se encontraba en las Indias,buscando fortuna,siendo fugitivo de la justicia.


Así lo contó un capitán de navío que, como prueba, mostró un doblón de oro que siempre acompañaba al, en teoría fallecido, escultor a modo de amuleto y que le había sido entregado por el propio Torrigiano como pago de un servicio. “Me la dió Torrigiano, es mentira lo de su muerte; está más vivo que todos nosotros”, bramó el capitán, echando por tierra la ley del silencio impuesta por los inquisidores y convirtiendo a Torrigiano en un genio que, desde el corazón de Triana, engañó a la Santa Inquisición… O así al menos reza la leyenda.


Precisamente sea el fantasma del mismo Torrigiano el que el chico vió con toda claridad y de ahí la sonrisa burlona del espectro.



Aún se está investigando éste y otros sucesos que pasan en este túnel-callejón. Por otro lado aquí dejo también algunos datos sobre las torturas que solían hacer en estos lares,el Santo Ofício :

Datos sobre algunos de los tormentos de la Inquisición.





Descripción de la sesión de tormento

Tras ser emitido el auto de sometimiento a interrogatorio con tortura, el sospechoso, en compañía de los verdugos, un Notario (para anotar todo lo acontecido y dicho durante el interrogatorio), un Médico y los Inquisidores, era conducido a la Cámara de Tormento.



Antes de comenzar la sesión, los Inquisidores amonestaban al acusado para que confesase su culpabilidad, advirtiéndole que de no hacerlo tendrían que someterle definitivamente a tormento y que esto lo hacían con "protestación " de que si en el dicho tormento muriese o fuere lisiado o se siguiese efusión de sangre o mutilación de miembros, sea a su culpa, y no a la nuestra, por no haber querido decir la verdad.


En muchas ocasiones el reo confesaba su culpabilidad ante la simple presencia de los instrumentos de tortura junto a los comentarios de advertencia de los Inquisidores.Pero si el acusado persistía en su negativa de no confesar su culpabilidad, después de ver el decorado y de tan piadosas advertencias, comenzaba la sesión de tortura.



Al inicio del suplicio los Inquisidores disponían que el procesado fuese desnudado salvo sus "vergüenzas" en su presencia. De tal operación se encargaba el mismo Verdugo. Al mismo tiempo le advertían a los Verdugos que "no ocasionasen el mutilamiento de los miembros ni la efusión de sangre".En esencia el tormento se basaba en el principio de producir dolores agudos sin causar heridas ni daño corporal de consideración, aunque en la práctica el resultado no siempre era éste.

DINÁMICA:


El proceso estaba muy reglamentado , en contra de lo que se suele creer, y se iniciaba con el empleo del Cordel o Tormento de Mancuerna . Si este tormento no había resultado efectivo, se solía continuar con el Tormento del agua o Toca, que podía combinarse con el Tormento de Potro (lo que en la Inquisición denominaban cocretamente como Potro). En último término y en menor proporción se aplicaba la garrucha

La garrucha :


Consistía en sujetar a la víctima los brazos detrás de la espalda, alzándole desde el suelo con una soga atada a las muñecas, mientras de los pies pendían las pesas. En tal posición era mantenido durante un tiempo, agravándose a veces el tormento soltando bruscamente la soga -que colgaba de una polea o garrucha- y dejándole caer, con el consiguiente peligro de descoyuntar las extremidades.










La toca ,el tormento del agua o el agua y el lino:



Para la toca (o Tormento del Agua) se inmovilizaba al procesado sobre una mesa de madera de modo que le quedara la cabeza más baja que los pies y le colocaban en la boca el bostezo (artilugio de hierro que impide que la boca se cierre)  y dentro se le introducía una toca o un  fino trapo de lino , deslizándolo hasta la garganta. Luego, el verdugo procedía a echar agua lentamente mediante jarras de capacidad para algo más de un litro, sobre el lino, de manera que arrastrase el tejido hasta lo más profundo de la garganta. produciéndole al preso la sensación de ahogamiento de lo más espantosa. De vez en cuando le era retirada la toca para conminarle a confesar. La severidad del castigo se medía por el número de jarras consumidas, a veces hasta seis u ocho. Cuando se sacaba el lino para impedir la muerte por asfixia, debía hacerse de un tirón para producir más dolor.Había una variante que  consistía en hacer tragar al torturado, un mínimo de 10 litros por sesión, ayudándose de un embudo. Además de producir una insoportable sensación de ahogo, el estómago podía llegar a reventar.

 El Potro.













































                                                                                                                                                                 
En las sesiones de tormento del Santo Oficio, el potro no fué utilizado como habitualmente se cree y que es como se empleaba en otros puntos de Europa (es decir para el tradicional estiramiento longitudinal del reo desde sus extremos) sino que se ataba al reo en una plataforma de fijación y a partir de ahi se le apretaban cuerdas alrededor del cuerpo hasta incrustárselas en la carne.

Las dos modalidades de tormento de Potro aplicadas por la Inquisición de acuerdo a su reglamento, eran:

A) Tormento de Potro
















De acuerdo a las Instrucciones de Tormento, consistía en que una vez inmovilizado el reo en la plataforma-potro, se le aplicaba una larga cuerda (o cadena) de modo que con ella se recorría y arrollaba su cuerpo pasándola por varias puntos (muñecas, antebrazos, brazos, cintura, muslos, pantorrillas, tobillos, pulgares...) y haciéndola pasar, alternadamente, por las distintas argollas del potro. Finalmente los dos extremos de la cuerda o cadena se fijaban a un sistema de rueda que al girar ejercía a la acción de un torniquete y ceñía la cuerda (o cadena). El método actuaba sobre la víctima de dos modos: por una parte provocaba dolorosa presión y laceración en las distintas partes del cuerpo por donde se había arrollado la cuerda, y por otra causaba dislocaciones cuando al reo, al cual se le había atado en posiciones forzadas para sus articulaciones. Por ejemplo si se habían mantenido los brazos cruzados sobre el pecho, se acababa forzando a la dislocación de hombros y muñecas si el verdugo no era suficientemente cuidadoso.

B) Tormento de Vueltas de Mancuerda (o Cordel).



Al igual que en el caso anterior, primero se fijaba al reo en el potro con grilletes, y en este caso se le aplicaban distintas cuerdas que se arrollaban como torniquetes independientes en distintas partes del cuerpo (las mismas partes que en caso anterior). Sobre cada una el verdugo se ejercía la presión que se consideraba conveniente, independientemente unas de otras. Este método era el primero que se aplicaba en los interrogatorios y por lo general se empezaba con un solo torniquete en el brazo y si el reo “no colaboraba” confesando, se le iban añadiendo más torniquetes en otras tantas partes del cuerpo. Cada torniquete se accionaba independientemente.

Tormento de la rata.



















Este tipo de tortura es muy refinado. Su existencia se conoce desde los tiempos de la antigua China.
Consistía en colocar una rata hambrienta sobre el abdomen del torturado, encerrada en un jaula abierta por abajo, mientras los verdugos la hacían rabiar con palos ardiendo, de forma que el animal tenía que buscar una salida y a mordiscos abría un túnel en las tripas del condenado, llegando, a veces, a salir por otro lado del cuerpo. A veces, estas jaulas se ponían en la  cara e incluso en  los genitales .

Las jaulas colgantes :



Hasta finales del Siglo XVIII, en los paisajes urbanos Europeos, era habitual encontrar jaulas de hierro y madera, adosadas al exterior de los edificios municipales, palacios ducales o de justicia, etc. Los reos, desnudos o semidesnudos, eran encerrados en las mismas. Morían de hambre y sed, por el mal tiempo y el frío en invierno; por el calor y las quemaduras solares en verano.


A veces, las víctimas habían sido torturados o mutilados como escarmiento. No solo significaban una incomodidad tal que hacían imposible al preso dormir o relajarse, ya que estaban atados a los barrotes de las mismas. A veces se introducían en ellas gatos salvajes, a los que los verdugos azuzaban con varillas al rojo vivo, o se encendían fogatas debajo para abrasar al condenado.

La doncella de hierro :






































Aún había otros artilugios como la doncella de hierro, esos ataúdes que eran piezas de exquisita artesanía por fuera y por dentro. Por fuera por la gran cantidad de grabados y relieves que adornaban su superficie; por dentro, por la espectacular colección de pinchos, dirigidos a puntos concretos del cuerpo, que se iban clavando lentamente sobre el inquilino, a medida que se cerraba la puerta. Los clavos eran desmontables, con lo que se podían cambiar de lugar, con el fin de poseer un amplio abanico de posibles mutilaciones y heridas que daban lugar a una muerte más o menos lenta.

La Pera:

















Consistente en un objeto metálico con forma de pera que era introducido en la vagina, ano o boca de la víctima. Una vez en el interior, se abría, produciendo numerosos desgarros en el útero a los que muy pocas mujeres lograban sobrevivir. Se aplicaba en la Edad Media a aquellas mujeres de las que se decía que habían tenido relaciones sexuales con Satanás o con alguno de sus familiares. También se usaba con los blasfemos y los homosexuales. A los homosexuales se le introducía la pera por el ano y a los blasfemos en la boca. Dependiendo del lugar a introducirse era de un tamaño determinado.






































Estos instrumentos se usaban en formatos orales y rectales. Se colocaban en la boca, recto o vagina de la víctima, y allí se desplegaban por medio de un tornillo hasta su máxima apertura. El interior de la cavidad quedaba dañado irremediablemente.Las puntas que sobresalen del extremo de cada segmento servían para desgarrar mejor el fondo de la garganta, del recto o de la cerviz del útero. La pera oral normalmente se aplicaba a los predicadores heréticos, pero también a seglares reos de tendencia antiortodoxas. La pera vaginal, en cambio, estaba destinada a las mujeres culpables de tener relaciones con Satanás o con uno de sus familiares, y la rectal a los homosexuales.



Los medios mecánicos tampoco eran de despreciar. Algo tan simple como unas tenazas en las manos de un hábil torturador podía arrancar de cuajo muchos dientes e incluso, si se terciaba, la lengua.
Tampoco hay que olvidar las calzas colocadas en las piernas, que a martillazo limpio acababan destrozando los huesos del tobillo. O las astillas metálicas que se introducían bajo las uñas (también llamado tormento turco) y se clavaban poco a poco hasta que ya no quedaba uña donde clavar.

La Campana :

El reo era inmovilizado bajo una mesa con la cabeza sobresaliendo por un agujero. Sobre su cabeza se colocaba una gran campana y se iba martilleando poco a poco.
Primero reventaban los tímpanos y posteriormente, debido a las ondas sonoras tan brutales, estallaban los ojos y se acababan agrietando los huesos del cráneo.Lo más curioso es que nunca había contacto físico alguno con el condenado.

El cepo :



























No hacen falta muchas explicaciones para este método. La víctima era inmovilizada de pies y manos, expuesta, generalmente, en la plaza del pueblo, y sometida a todo tipo de vejaciones, como golpes, escupitajos, insultos, e incluso en ocasiones, la plebe orinaba y defecaba sobre ella.

La gota malaya o gota china :


Era un método de tortura psicológica que consistía en inmovilizar a un reo en forma horizontal panza arriba, con la cabeza del reo bajo un recipiente con agua y un pequeño poro por el cual goteaba y le  caía sobre su frente una gota de agua fría cada 5 segundos y luego de algunas horas, provocaban daño físico en su piel (similar a las yemas de los dedos luego de un baño de inmersión). Durante semanas las gotas de agua golpeaban la cabeza hasta conseguir horadar el cráneo de la víctima. Pero la verdadera tortura para la víctima era la locura que le provocaría el no poder dormir debido a la constante interrupción de las gotas, ni tampoco poder beber esa agua cuando la sed atacara, con lo cual a los pocos días provocaba la muerte por paro cardíaco. Hay una variante, donde era el verdugo quien echaba la gota.


La horquilla:






Con cuatro puntas afiladísimas que se clavaban profundamente en la carne bajo la barbilla y sobre el esternón, la horquilla impedía cualquier movimiento de la cabeza, pero permitía que la víctima murmurase, con voz casi apagada, “abiuro” (palabra que se halla grabada a un costado de la horquilla). En cambio, si éste se obstinaba o si la Inquisición era española, el hereje considerado “impenitente”, se vestía con el traje característico y se le conducía a la hoguera, pero con la condición de la Extremaunción; si el inquisidor era romano, se le ahorcaba o quemaba, sin el beneficio del traje pero siempre con el rito cristiano.

La bota de hierro,bota malaya o borceguí:
















Las bootikens (o botas) o cashielaws era un “ingenioso” dispositivo que consistía en cuñas que se aplicaban a las piernas de los tobillos a las rodillas. El torturador utilizaba una martillo para golpear las cuñas hacia dentro. Mientras que el espacio existente entre las cuñas comenzaba a cerrarse, el espacio de ésta manera comenzaba a achicarse y el instrumento comenzaba a punzar las piernas de tal manera que las cuñas comenzaban a entrar en la carne y provocaba el estallido de los huesos y la salida la medula por las incisiones.

El aplastacabezas:




Destinado a comprimir y reventar los huesos del cráneo. La barbilla de la víctima se colocaba en barra inferior, y el casquete era empujado hacia abajo por el tornillo. Los efectos de este artilugio son, en primer lugar, la ruptura de los alveólos dentarios, después las mandíbulas y por último el cerebro se escurre por la cavidad de los ojos y entre los fragmentos del cráneo.

El péndulo:









Solía ser la antesala de posteriores torturas. Su función consistía básicamente en la dislocación de los hombros doblando los brazos hacía atrás y después hacia arriba. La víctima atada de manos en la espalda era izada por las mismas. Para provocar un mayor sufrimiento se le colocaban en los pies una pesas. Había una variante, en la cual se ataba a la víctima y se dejaba caer poco a poco un péndulo con una hoja cortante muy afilada,la cual,aparte de provocar una lenta agonía psíquica,acababa cortando por la mitad al desdichado.

Las garras de gato :





















Consistía en arrancar al prisionero la carne a tiras, llegándola a arrancar de los huesos. Eran utilizadas como  rastrillos sobre la carne.

La cuna de Judas :



























El reo era atado e izado y una vez estaba elevado se le soltaba dejándolo caer sobre una pirámide haciendo que, con su propio peso, se clavara la punta de la misma en el ano, la vagina, el escroto, etc. Esta maniobra se realizaba varias veces. Se utilizaba practicamente para hacer confesar al condenado.

La Cigüeña:






El sistema de la cigueña, a parte de inmovilizar a la víctima, al poco rato ésta sufre unos fuertes calambres en los músculos rectales y abdominales, y poco a poco se van extendiendo por el resto del cuerpo. Al cabo de las horas producen un dolor muy intenso sobre todo en el recto. Además el reo era pateado y golpeado, e incluso en ocasiones llegaba a ser quemado y mutilado.

El Ecúleo:



Se le llama vulgarmente  "Cruz en forma de aspa". Muy conocida en el mundo cristiano por ser el tipo de cruz en que murió el apóstol Andrés. Sin embargo, más que cruz, era un instrumento de tortura. La víctima era atada a esta cruz en forma de X y allí se le aplicaba tortura de fuego, aceite o agua hirviendo y tenazas. Una figura muy célebre que padeció esta tortura fué Santa Eulalia de Barcelona.El ecúleo fue muy usado en la Antigüedad, luego en la Edad Media cayó un tanto en desuso. Además servía como forma de ejecución porque se dejaba a la víctima ahí colgada hasta la muerte por asfixia o hemorragia como en una crucifixión corriente.

La Parrilla:





Se dice que no se conocía hasta que San Lorenzo murió abrasado sobre ella. Pero lo dudo. Probablemente existió desde la edad antigua ya que se menciona en el Antiguo Testamento. Fué un tormento muy aplicado en la época romana. Ejemplo destacado es Fe de Agen, una muchacha gala que fué asada sobre una de estas enormes parrillas. Pero existen otras variantes de dicho suplício. A veces un simple horno de pan o de metal servía para abrasar a cualquiera en vida. Muchos también pasaron por esto, aunque por lo visto a los autores cristianos no les parecía una muerte digna de un mártir porque siempre se apañan para decir que sobrevivieron tras varios días de "asado contínuo" lo cual es imposible.

La Olla:



Podía tener forma de olla, de sartén, de caldero o a veces, en un extremo de irónica crueldad, de cuna. Se colocaba aceite, pez, grasa, cera o agua, lo que fuere, y se hacía hervir, tras lo cual se introducía a la persona dentro. La muerte sobrevenía por razones obvias. El ejemplo más triste es el de una esclava egipcia, Potamiena, que por haber rechazado insinuaciones sexuales de su amo fué condenada a morir abrasada dentro de un caldero, pero además, en el colmo de la crueldad, se la introdujo muy lentamente dentro del líquido hirviendo, tanto que tardó 3 horas en ser totalmente cubierta por la mezcla ardiendo.

Daños aplicados en los senos:


Es un instrumento de tortura con forma de tenaza acabado en cuatro afiladas puntas, utilizado frecuentemente por la Inquisición en Europa. La tortura consistía en aplicar las cuatro puntas estando al rojo vivo o frías sobre los senos, desgarrándolos hasta dejándolos convertidos en una desagradable masa compuesta de carne sanguinolenta.



Son muy variados y genéricos y desde siempre, desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, se han aplicado a las mujeres evidentemente por ser una zona muy delicada del cuerpo, y como forma de insultar a la feminidad. Águeda de Catania es una de las mártires más famosas que padeció este tormento. Pero sin duda cortar los pechos de raíz era el procedimiento menos doloroso. Frecuentemente se arrancaban lentamente con punzones al rojo vivo y con tenazas. O simplemente se quemaban con antorchas.



Empalamiento:





(Para una idea mejor cogí la carátula de la película,que muestra fielmente el suplicio de condenado)
Método de tortura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca. La penetración puede realizarse por un costado, por el recto o por la boca. La estaca se solía clavar en el suelo dejando a la víctima colgada para que muriera. En algunos tipos de empalamiento, la estaca no se afilaba y se insertaba evitando la muerte inmediata de manera que funcionara como tapón para que la víctima no se desangrara y así prolongar la agonía que podía llegar a durar hasta tres días.


Una manera de realizar esta muerte gradual sería insertando el palo por el recto atravesando el cuerpo hasta que salga por el hombro derecho sin dañar así el corazón. La única referencia que se tiene sobre su origen es del antiguo pueblo de Asiria. Más tarde lo utilizó como método de ejecución el rey persa Darío I entre los siglos VI y V a.c., cuando llegó a matar de esta manera a 3.000 habitantes de Babilonia. Fué utilizado como método de castigo también por parte de Vlad Tepes en numerosas ocasiones llegando a empalar a más de 23.000 personas en un día durante su reinado en Valaquia en la segunda mitad del siglo XV. Lo aprendió en su cautiverio en Turquía cuando era adolescente. El término empalamiento también se utiliza para describir heridas producidas accidentalmente en las que algún objeto atraviesa el cuerpo de una persona. Por ejemplo, cuando alguien es atravesado por una barra de metal. Quitar estos objetos es un verdadero desafío para los cirujanos.

La horca de los herejes:





Es un horrendo instrumento de tortura inventado por la Inquisición (cómo no), una cuña de metal clavada entre el pecho y la mandíbula que hacía tremendamente doloroso mover la cabeza, el cuello y la boca.La finalidad era impedir que la víctima pudiera hablar y por tanto, defenderse ante la acusación. Y dado que el silencio era considerado síntoma de culpabilidad, aceleraba el proceso de condena.

La cabra :


Este sistema se hizo muy popular en las mazmorras de la Edad Media. Una vez que al torturado se le habían fijado los pies a un cepo, se procedía a untar las plantas con sal o sebo. La cabra atraída por el condimento, comenzaba a lamerlas, y la aspereza de su lengua hacía que atravesara la piel y dejara los pies en carne viva, llegando en ocasiones hasta el hueso.

La rueda:























Era el más común en la Europa germánica. Convertía al preso, completamente inmovilizado, en verdadero material de trabajo, para que el verdugo fuera descoyuntándole o arrancándole miembros a voluntad. Era uno de los suplicios más horrendos de la Edad Media. El condenado, desnudo, era estirado boca arriba en el suelo, o en el patíbulo, con los miembros extendidos al máximo y atados a estacas o anillas de hierro.


Bajo las muñecas, codos, rodillas y caderas se colocaban trozos de madera. El verdugo asestaba golpes violentos a la rueda, machacaba todos los huesos y articulaciones, intentando no dar golpes fatales. Después era desatado e introducido entre los radios de la gran rueda horizontal al extremo de un poste que después se alzaba. Los cuervos y otros animales arrancaban tiras de carne y vaciaban las cuencas de los ojos de la víctima, hasta que a ésta le llegaba la muerte.

El garrote vil:





















Método por el cual un punzón de hierro penetra y rompe las vértebras cervicales al mismo tiempo que empuja todo el cuello hacia delante, aplastando la tráquea contra el collar fijo, matando así por asfixia o por lenta destrucción de la médula espinal. La presencia de la punta en la parte posterior no sólo no provoca una muerte rápida, sino que aumenta las posibilidades de una agonía prolongada. Fué usado hasta principios del siglo XX en Cataluña y en algunos países latinoamericanos. Se usa todavía en el Nuevo Mundo, sobre todo para la tortura policial, y también para ejecuciones.

El toro de Falaris:



















En este caso se quemaban a los herejes dentro de la efigie de un toro de bronce inventado por Falaris, tirano de Agrakas, que murió en el año 554 a.C precisamente murió dentro de su invento tras sublevarse el pueblo a causa de sus tiranías. Los alaridos y los gritos de las víctimas salían por la boca del toro, haciendo parecer que la figura mugía. El toro de Falaris estaba presente en numerosas salas de tortura de la Inquisición de los siglos XVI, XVII y XVIII.

La sierra :


Este instrumento de tortura no necesita muchas explicaciones. Sus mártires son abundantes. A consecuencia de la posición invertida del condenado, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo e incluso el pecho, según relatos del siglo XIX. La Bíblia hace mención a este tipo de tortura, en la época del Rey David. Este hecho contribuyo a la aceptación de la sierra, el hacha y la hoguera.


La sierra se aplicaba a menudo a homosexuales (gays y lesbianas), aunque principalmente a hombres. En España la sierra era un medio de ejecución militar hasta el siglo XVIII. En Cataluña, durante la Guerra de la Independencia (1808-14), los guerrilleros catalanes sometieron a decenas de oficiales enemigos a la sierra. En la Alemania luterana la sierra esperaba a los cabecillas campesinos rebeldes, y en Francia a las brujas preñadas por Satanás.

El Aplastapulgares




Es una de las torturas más antiguas y simples, aunque terriblemente efectiva. Si bien se usaron diferentes dispositivos mecánicos para llevarla a cabo, la tortura en sí consistía en el aplastamiento de uñas, falanges y nudillos en forma lenta y progresiva, extendiendo el dolor durante días sin provocar daño mortal a la víctima. El nivel de desgarramiento podía ser controlado hasta el punto de provocar prácticamente la mutilación del miembro. Para los crímenes graves generalmente la tortura se hacía lentamente, comenzando por las uñas, luego pasando a las falanges y terminando en los nudillos, destrozando así ambas manos completamente.

La Tortuga.


Es un antiguo método de tortura. Al condenado se le tumba en el suelo, poniéndole un tablón encima, tipo puerta. En dicho tablón se va poniendo peso gradualmente, produciendo aplastamiento gradualmente hasta que la persona muere.


En la edad Media, las cosquillas se utilizaba como medio de interrogatorio, sobre todo a mujeres acusadas de herejía. El interrogatoria consistía en atar en cruz a la prisionerla y hacerle cosquillas a la vez en el cuello, las axilas, el estómago, las piernas y los pies, por lo que normalmente, confesaban. A veces, la tortura continuaba hasta la locura de la víctima.

Cinturón de San Erasmo :


Consiste en un collar, cinturón o brazalete provisto de pinchos en la cara interior y que se le pone al reo. Con cada pequeño movimiento (incluso la respiración) el collar araña y hiere la carne. El proceso de tortura es progresivo: en primer lugar, un dolor lacerante. Posteriormente se produce la infección, tras la cual se llega a la putrefacción y tras esta, una gangrena que puede causar la muerte. El torturador puede añadir, a su criterio, gusanos carnívoros en las llagas que se introducen en la carne royendo hacia el interior.

La horca:

Consiste en colgar al reo por una cuerda hasta que el reo se afíxia.




















La mordaza de hierro:



La mordaza de hierro impedía a la víctima gritar mientras era torturada, para no perturbar la conversación de sus verdugos. El cuadro de hierro que se aprecia dentro del anillo se introducía en la boca de la víctima y el anillo era ajustado al cuello, por la parte de la nuca.Un agujero permitía el paso del aire, pero el verdugo lo podía tapar con la punta del dedo y provocar la asfixia. Los condenados a la hoguera muchas veces eran amordazados de esta manera para que sus gritos no interfiriesen con las canciones sacras entonadas para la ocasión.
La silla de los interrogatorios :

La silla de los interrogatorios era un instrumento básico para el inquisidor. Se sentaba a la víctima desnuda y, una vez empezado el interrogatorio, se podía incrementar el dolor presionando el cuerpo contra los clavos o golpeándolo.
Látigos con cadenas.



No se necesitan comentarios para describir estos artilugios, que parecen más armas de guerra que instrumentos de tortura; sin embargo, látigos más o menos similares pero en gran variedad con 2, 3 y hasta 8 cadenas, provistas de muchas estrellas, o bien hojas de acero cortantes se usaban, y en cierta medida aún se usan, para flagelar el cuerpo humano.

El taburete de inmersión.

Las brujas eran sentadas en taburetes y atadas con correas, que colgaban de un extremo para que se balancearan y tambolearan. Las víctima era sumergida en un río o charco. No sólo que las temperaturas heladas podía matarlas, sino que se las sumergía y se las levantaba por lapsos de cinco minutos o mas. El "taburete del pato" fué utilizado en América para las brujas, y en Gran Bretaña para castigar a pequeños criminales y prostitutas.

La atadura.


Esta forma de torturar era muy específicamente para mujeres. Implicaba atar un palo en el pelo de la mujer y torcer, torcer y torcer de éste. Cuando los brazos de inquisidor se cansaban, le encomendaba esta tarea a sus "amigos" o colaboradores mientras se contemplaba a la víctima de abajo. No solo que el pelo sería desgarrado, sino que muy a menudo se podía observar que el cuero cabelludo estaba abierto exponiéndose el casquillo del cráneo. Como era de esperar, solamente a las mujeres con pelo largo o grueso se le practicaba este método de tortura.


La picota en el tonel.


Era una especie de vergüenza pública que se aplicaba sobre todo a los borrachos.
Había dos clases de "picotas en tonel": las que tenían el fondo cerrado, en las que la víctima se colocaba dentro, con orines y estiércol o simplemente con agua podrida, y las abiertas para que las víctimas caminaran por las calles de la ciudad con ellas a cuestas, lo que les producía un gran dolor debido a su gran peso. De ahí,en la actualidad en los cómics,que se vean a los borrachos metidos dentro de un tonel.

Máscaras infamantes.


Estos artilugios, que existían con gran profusión de formas fantasiosas y, a veces, francamente artísticas, desde 1500 hasta 1800, se imponían a quienes habían manifestado imprudentemente su descontento hacia el orden, contra las convenciones vigentes, contra la prepotencia del poder o, de cualquier forma, contra el estado de las cosas en general. A través de los siglos, millones de mujeres, consideradas "conflictivas" por su cansancio de la esclavitud doméstica y los continuos embarazos, fueron humilladas y atormentadas; así el poder eclesiástico exponía el escarnio público a los desobedientes y a los inconformistas. La Iglesia castigaba una larga lista de infracciones menores mediante este método.

Los azotes.


El prisionero era inmovilizado en el cepo de las manos y del cuello, dejando desnuda su espalda, en donde le aplicaban la cantidad de azotes que determinase el Tribunal. Su número variaba entre 50 y 200, dependiendo de la gravedad de las faltas cometidas y la consistencia física del encausado. El castigo del azote, a diferencia de los otros, no se aplicaba para obtener la confesión sino como parte de la sentencia, en los casos en que se había determinado la culpabilidad de los reos en faltas graves.

Sangrado.


Se creía que la fuerzas de la brujas podrían ser controladas al hacerlas sangrar. Esto implicaba rebanar o abrir a la víctima en la cara o cerca de una vena importante. Acusados sometidos a esta tortura perdían rápidamente sangre y se desmayaban debido a esto, comprobando que el acusado era asistido por el demonio al sacarle el alma del cuerpo para que no sufriera.

El nadador.

Este método era muy similar al taburete de inmersión, la víctima era atada de pies y manos y arrojada al agua para ver si sumergía. Si la inocente víctima se hundía y se ahogaba demostrando asi su inocencia y lo acogida por Cristo. Si flotaba era un claro signo que las aguas bautismales de Cristo habían rechazado y rápidamente era llevado al patíbulo.

Tortura por insomnio.

En Inglaterra ésta tortura no fué permitida contra las brujas, la tortura por insomnio era provocada por tal afección, y las autoridades no la consideraban una una tortura. Se usó en herejes menores.

El latiguillo o azote.


Esta era la forma mas suave y común de tortura. La víctima era sujetada como a un caballo y se la azotaba en su parte posterior con una cinta o azote. Este método era empleado para azotar varias partes del cuerpo. Cuando la víctima se restablecía se la volvía a azotar. Esta forma era un preludio a cosas mayores o quizás aún peores.

El caminante.


Esta suave tortura usada principalmente en Inglaterra se la empleaba en conjunto con la tortura del insomnio, consistía en hacer caminar y recorrer a la victima hasta que se cansara y le salieran ampollas en los pies.

El lanzador.


Una técnica que consistía en atar la cabeza de la víctima con una soga y hacerla mover de lado a lado bruscamente.

Purificación del Alma:


En muchos países católicos, el Clero creía que el alma corrompida de una persona condenada podía ser purificada si era forzada a consumir agua hirviente, carbones ardientes o ambos.
Esta tortura solía producirse después de que el prisionero hubiese confesado su herejía cosa que normalmente ocurría tras haber sido previamente torturado y en muchos casos antes de ser ejecutado.Se podría decir que era una "pre-tortura".

La Cuneta:


La cuneta es la terrible prima segunda de la Cuna de Judas.Se obligaba a la víctima a sentarse sobre una cuña de metal extremadamente afilada, el peso del cuerpo unido al de las cadenas y bolas pesadas que se le unían a los tobillos causaban que se fuera clavando el metal en el cuerpo hasta que causaba la muerte, normalmente por desangramiento aunque en algunos casos si el cuerpo se torcía podía incluso amputar una extremidad.

Descuartizado por caballos:


Una versión del potro un tanto macabra. Cada extremidad del prisionero se ataba con unas cuerdas a un caballo, de este modo un caballo estiraría un brazo o una pierna, en un momento determinado. Se fustigaban a los cuatro caballos que tiraban con fuerza de la cuerda arrancando literalmente la extremidad del torturado.Esta era una ejecución pública que se solía emplear para asesinatos o intentos de asesinato a la realeza u otros nobles. Era una de las ejecuciones preferidas del populacho.

El desollamiento.


Este suplicio era infligido como pena capital o bien como tortura inquisitoria. El verdugo practicaba un largo corte que penetraba únicamente hasta el estrato muscular subyacente; después separaba la dermis de la musculatura cortando los tejidos conectivos tal como haría un cocinero para despellejar un conejo, arrancando poco a poco la piel. Hoy en día este método es poco usado, pues la tortura moderna requiere generalmente que la víctima no presente marcas permanentes, sin embargo sigue utilizándose como pena capital en diversos lugares.

El potro español.


Durante la Edad Media el suplicio del potro español estaba destinado a las brujas o a las mujeres sospechosas de haber sido poseídas por el demonio. Éstas eran montadas a horcajadas sobre el bloque de madera, de modo que debido al peso de su propio cuerpo, la arista cortante penetraba en la vagina; las piernas eran separadas mediante ataduras y al cuerpo se le impedía cualquier punto de apoyo. La tortura se agravaba colocando teas encendidas o fijando sobre el vientre una escudilla con un ratón vivo dentro, de manera que, por las contracciones provocadas por el dolor, la víctima provocaba una mayor presión sobre la arista y ésta penetraba aún más, con las consecuencias que fácilmente podemos imaginar.

Mutilación del cuerpo


Otra tortura era el atornillar y quemar la lengua. Otra el destrozo de las manos con un yunque, o el cortar las manos y los pies con un acha. A las «Brujas», es decir, mujeres acusadas de imoralidad, se les cortaba preferentemente la nariz y las orejas; a los judios que se supone habían cometido un robo se les colgaba de los pies entre dos perros o lobos hambrientos. Algo especialmente cruel era el destripar a las víctimas. Se les abría el vientre y se les sacaba una parte del intestino, se fijaba a una polea y se desenrrollaba.

También se llegaron a emplear perros hambrientos y rabiosos que mordían a la víctima.















Fuentes:http://leyendasdesevilla.blogspot.com.es/2011/05/el-castillo-de-san-jorge-o-de-la.html Artículo de :Publicado por Pepe Becerra
http://www.sevillamisteriosyleyendas.com/2011/09/carcel-del-castillo-de-san-jorge.html
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Cuarto milenio.
http://trianaaldia.com/torrigiano-el-genio-que-engano-a-la-inquisicion-en-triana/
Fotos:http://sevillapedia.wikanda.es/wiki/Callej%C3%B3n_de_la_Inquisici%C3%B3n_(Sevilla)
http://leyendasdesevilla.blogspot.com.es/2011/05/el-castillo-de-san-jorge-o-de-la.html

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